La fibromialgia tiene síntomas que se confunden con los de otras enfermedades. Por eso, en esta nota, los especialistas dan las claves para reconocerla y saber cuándo consultar
Es casi una constante: los pacientes con fibromialgia suelen tardar años en conocer su diagnóstico. Su vida consiste en deambular por los consultorios de varios especialistas contando síntomas que para el común de la gente se parecen a los de muchas otras enfermedades. La fibromialgia se caracteriza por un dolor crónico, generalizado en varias zonas del cuerpo, y por un cansancio constante en los pacientes. Aún no está definida la causa precisa de su manifestación y sus síntomas pueden confundirse con otras enfermedades
Expertos explicaron a LNR qué es y cuándo consultar. Aquí, las respuestas a siete preguntas básicas.1. ¿Cuales son los síntomas?
-Son comunes los trastornos digestivos, en especial, el síndrome de intestino irritable. Además, túnel carpiano, cefaleas, calambres en miembros inferiores, trastornos del sueño y bruxismo, entre otros -explica el doctor Osvaldo Daniel Messina, médico reumatólogo y osteólogo, jefe de Reumatología del Hospital Argerich.
2. ¿Existe una edad para su manifestación?
-Generalmente, comienza alrededor de los 30 años. El paciente refiere dolor muscular, cansancio y malestar similar a cuando uno se siente engripado. Problemas para dormir, rigidez matinal, fatiga, trastornos de memoria, conductas impulsivas, fobias sociales, dificultad en la toma de decisiones. En el 80-90% de los casos, se presenta en mujeres -dice la doctora Marcela Cohen, neuróloga de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
3. ¿Cuales son los tratamientos existentes?
-El tratamiento se basa en un programa de ejercicios físicos aeróbicos, medicación y asistencia psicológica. En cuanto a la medicación, se utilizan básicamente dos líneas: antidepresivos y anticonvulsivantes -sigue la doctora Cohen.
-Los pacientes suelen acudir a varias consultas antes de ser diagnosticados y medicados adecuadamente. El tratamiento se basa en fármacos específicos, antidepresivos, terapia física, psicoterapia y educación del paciente y su familia. El pronóstico es bueno si se diagnostica dentro de los primeros tres años desde que aparecieron los síntomas -agrega el doctor Messina.
4. ¿Cómo se relacionan los síntomas de la Fibromialgia con los problemas personales de los pacientes?
-Todas las esferas de la vida del paciente se ven afectadas: desde la calidad de vida hasta su entorno social, laboral, familiar, económico y afectivo, ya que el estrés es un importante factor que predispone el desarrollo de la fibromialgia. Es muy común que la enfermedad comience a manifestarse luego de un cuadro de estrés afectivo, laboral, infeccioso, o incluso luego de un accidente; por eso es muy importante la actitud del paciente frente a la enfermedad. Es aconsejable que el paciente evite situaciones de estrés y no abandone las actividades cotidianas en un marco de contención de las personas que lo rodean -dice la psicóloga Paula Arrieta.
5. ¿Con qué inquietudes llega a terapia el paciente que padece esta dolencia?
-Quienes padecen fibromialgia refieren también trastornos del sueño, expresados como un sueño no reparador, ligero e inestable. Se suelen asociar, además, un grupo heterogéneo de síntomas, que incluye debilitamiento intenso, alteraciones del ritmo intestinal, rigidez en las extremidades superiores o inferiores, y muy frecuentemente episodios depresivos acompañados de crisis de ansiedad -explica la psicóloga Lila Isacovich.
6. ¿Qué actividades se recomiendan como ayuda para la recuperación?
-Existen tratamientos no farmacológicos que pueden ayudar a reducir los síntomas. Algunas de las opciones son masajes, ejercicios aeróbicos y de estiramiento, masoterapia clínica, terapia ocupacional, por ejemplo. El o los tratamientos que se encaren deben enfocarse no sólo en el alivio de los síntomas, sino también en ayudar a los pacientes a aprender cómo hacerles frente a dichos síntomas. Muchas veces también se indican programas de entrenamiento físico, comenzando con ejercicios suaves y de bajo impacto, como caminar o nadar -continúa la licenciada Arrieta.
7. ¿Qué papel cumple la familia del paciente?
-La ansiedad y la depresión producidas por alteraciones emocionales, y la tristeza como reacción frente al malestar continuado que provoca la enfermedad también podrían ser factores desencadenantes de este problema de salud. La familia siempre juega un rol preponderante si no reducimos el término a las personas que la componen, sino a la posición que el enfermo tiene en relación con su grupo primario, y no sólo actual, sino en el recuerdo de sus vivencias infantiles -dice la licenciada Isacovich.
-No sólo la familia, sino también los amigos y su círculo más íntimo, como pueden ser los compañeros de trabajo, juegan un rol especial para los enfermos de fibromialgia. Es importante discutir la enfermedad y sus efectos sobre la familia y amigos en cada miembro en particular -concluye la licenciada Arrieta. ?
en carne propia
Anahí Lía Ballesteros (55) es ama de casa y hace un año que padece fibromialgia. Los primeros síntomas que sufrió fueron dolor en el hombro izquierdo, en el cuello, en las piernas y al costado de las vértebras.-¿Cambiaron sus actividades laborales y sociales? ¿En qué aspectos?
-Sí, me cambió todo lo relacionado con la movilidad, porque el dolor era constante y resultaba difícil realizar actividades soportando dolores inaguantables, que encima se juntaban con mis patologías anteriores de columna.
-¿Qué tratamientos ha hecho y cuáles hace actualmente?
-Tratamiento farmacológico, tratamiento psicológico y psiquiátrico. También estoy haciendo rehabilitación con kinesiólogos tres veces por semana.
-¿Qué les diría a otros pacientes con fibromialgia?
-Lo más importante es no quedarse quieta, puesto que donde menos duele es en la cama y es un arma de doble filo, ya que después no podés ni caminar.
Cecilia Acuña (33) es licenciada en Ciencias de la Comunicación y padece la enfermedad desde los 18 años, aunque se la diagnosticaron diez años después. Al principio pensaba que eran contracturas en los brazos, en las caderas y hasta en la cara, pero tenían la particularidad de aparecer y desaparecer en cuestión de segundos.
-¿Cuáles fueron los primeros síntomas?
-Lo peor es el dolor en los hombros y el cuello. Los dolores vinieron junto con una depresión, aunque después nunca se fueron. Los síntomas se hacen más intensos cuando tengo muchas preocupaciones y cuando me angustio.
-¿Cambiaron sus actividades laborales y sociales? ¿En qué aspectos?
-En general no se modificaron. No podía dejar de estudiar o trabajar, por lo que creía que era una simple contractura. Ahora trabajo desde mi casa y tengo libertad para manejar mis horarios y organizarme. Si un día me atacan los dolores, me hago un tiempo para descansar o para salir a caminar en plan de despejar la mente.
-¿Qué tratamientos ha hecho y cuáles hace actualmente?
-Al principio me dieron relajantes musculares, pero lo único que lograban era dormirme. Hoy tomo Pregabalina y hago un tratamiento con antidepresivos que también me ayuda. De todas maneras, el dolor es caprichoso y no se va. Sinceramente, no encontré nada que logre calmarlo..
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